Pastillas para conseguir el amor eterno

GIRONA, Spain - March 11, 2014 - PRLog -- Cuando nos enamoramos, el cerebro experimenta una importante descarga de diferentes tipos de hormonas. Ese cóctel es el responsable de que se nos quiten las ganas de comer, tengamos problemas para conciliar el sueño y la única idea que tengamos en la cabeza es ver a la otra persona, pero también del cierto estado de euforia que nos genera. De hecho, se sabe que la combinación de estas hormonas produce un efecto similar en el cerebro a la ingestión de algunos tipos de drogas, con unos efectos más suaves pero también más prolongados en el tiempo.

Todo ello ha hecho que la industria farmacéutica invierta una gran cantidad de capital para intentar producir pastillas con efectos similares al de estar en pleno proceso de enamoramiento. En los últimos años se han producido importantes avances en la investigación de la química cerebral. Una vez que se conocen las hormonas concretas que intervienen en distintos procesos, el siguiente paso es sintetizarlas químicamente, como ya se hace con la testosterona o los estrógenos. Después, solo hay que crear una pastilla que pueda administrarse para que las personas que deseen experimentar esas sensaciones puedan hacerlo.

Pero además, la industria farmacéutica no solo está investigando con pastillas capaces de generar sensaciones similares al enamoramiento inicial, sino también para prolongar las relaciones. Se sabe que a medida que pasa el tiempo, la producción de feromonas disminuye en las personas que mantienen una relación de pareja. Sin embargo, si esas personas pudiesen ingerir feromonas de forma externa, podrían mantener su relación mucho más tiempo. También se sabe que unas hormonas denominadas entactógenos promueven el acercamiento emocional entre las personas, por lo que, si se consiguiesen sintetizar y administrar en forma de pastillas junto con otras sustancias involucradas en este proceso como la oxitocina, también podrían tener el efecto de prolongar las relaciones amorosas.  Eso sí, otra cosa son las cuestiones éticas, que la industria no entra a valorar: es posible que no queramos seguir con nuestra pareja si sabemos que para estar con nosotros la otra persona tiene que consumir feromonas.


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